Hablamos en la cadena Cope sobre la reparación de relojes Rolex, Cartier y otras marcas de alta gama.

Luís Míguez tiene 53 años y lleva desde los 14 arreglando relojes. Actualmente lo hace desde su taller de Ordes, una localidad de algo más de 12.000 habitantes situada entre A Coruña y Santiago.

Le llegan relojes para arreglar de toda España y también del resto de Europa. «Me acaba de llegar un pedido de Alemania», explica. El grueso de los encargos son nacionales, pero ha logrado colarse entre los servicios oficiales de reparación de marcas tan conocidas como Rolex o Cartier.

Además acaba de renovar sus instalaciones y ha creado incluso un pequeño museo de relojería en sus instalaciones.

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Aprendió el oficio con su tío, toda una vida dedicado a la relojería

Luís empezó en el oficio de relojero cuando era un adolescente con un tío suyo en Paiosaco (Arteixo). Al principio arreglaba despertadores y relojes de mesa «como empezamos todos», explica a Cope.

Una segunda etapa en su recorrido profesional lo marcan los 17 años en los que estuvo contratado por una conocida relojería gallega. Allí perfeccionó su técnica y le permitió poder montar el taller en el que trabaja ahora. «Además tuve la suerte que mi jefe me permitía hacer todos los cursos que se me antojaban».

En el año 2000 abre su propio negocio

En 2000 se inició con su propio negocio, Luís Míguez Relojeros, y empezó a trabajar para diferentes tiendas. «Normalmente las joyerías no tienen contratado a un relojero sino que mandan a arrelar los relojes a talleres como el mío» y así fueron pasando los años.

El siguiente paso sería el de elminar el intermediario y ofrecer sus servicios directamente a las marcas. Así ha llegado a donde está ahora: único centro de servicio oficial de la marca de relojes de lujo Graham y el único servicio técnico de la Unión Europea de las marcas Anónimo y Vulcain.

«Los relojes vienen de Suíza, de Alemania o de Italia a arreglar aquí», explica orgulloso. No ha sido fácil, ese paso lo dio homologando su taller «tal y como los tienen en Suíza». Así consiguió entrar en el mercado Europeo.

¿Ha cambiado mucho el mundo de los relojes? Sí, como ha cambiado la sociedad y las costumbres, pero «mecánicamente han avanzado en precisión, pero viene a ser más o menos lo mismo que antes».